Cuotas Compensatorias: un concepto que pocas empresas conocen bien antes de comenzar sus proyectos
Todo el mundo ha oído hablar de en multitud de ocasiones de importaciones, exportaciones y otras actividades de comercio internacional, pero realmente pocas personas conocen el alcance de todas esas operaciones que se efectúan de forma cotidiana, y la verdad sea dicha, no son pocas. Tan solo en México las importaciones globales de la nación crecieron en los últimos veinte años de algo más de 65,000 millones de dólares a los 395,000 millones de dólares en el año 2015 (fuente oficial, Secretaría de Economía). Estas cifras tan solo dan una ligera idea de lo mucho que se importa cada año en México, por tanto con semejantes cifras cualquiera podría pensar: ¿qué ahorros podrían significar para las empresas y para el país hacer importaciones de forma correcta sin incurrir en extra costes? O dicho mejor a la inversa, ¿qué repercusiones económicas tendrían para las empresas y para el país realizar importaciones de forma incorrecta?
Una de las medidas que el gobierno mexicano utiliza para proteger los productos nacionales, tales como metales y otra serie de productos y materias primas, son las cuotas compensatorias cuya misión es preservar los precios de dichos productos en unos limites tolerables para el mercado nacional. En pocas palabras, ayudan a proteger los precios de ciertos productos nacionales para evitar que los mismos productos fabricados en otros países ocupen una mayor cuota de mercado de forma que desplacen el consumo del producto nacional en favor del extranjero.
Quizás para las empresas especializadas esto sea algo totalmente cotidiano, pero para la gran mayoría de empresas de capital extranjero que están llegando a México motivadas por la Reforma Energética y por las obras de infraestructuras que las Secretarías de Energía (SENER), de Comunicaciones y Transportes (SCT), así como de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) están promoviendo para fomentar la creación de empleo y el desarrollo económico del país, es un concepto poco conocido. En concreto, para una gran mayoría de empresas constructoras nacionales no acostumbradas a estas operaciones, así como empresas extranjeras recién llegadas a nuestro país este concepto resulta un enigma.
El que existan cuotas compensatorias y no hayan sido lo suficientemente estudiadas puede representar el que los presupuestos asignados para cada proyecto de construcción resulten suficientes o, por el contrario, un auténtico fiasco. Hay que partir de la base que el personal que trabaja en el tipo de empresas descrito no suelen ser especialistas en esta gestión, teniendo un perfil más de compras que de logística o comercio internacional. El desconocimiento de estas cuotas, que en ocasiones suele ser una cuantía considerable, puede suponer una desviación significativa en el coste del proyecto. Por citar un ejemplo, la cuota compensatoria impuesta en Abril de 2016 por la Secretaría de Economía del Gobierno Mexicano para las tuberías de acero al carbono con costura se ha fijado en 62.22 dólares por tonelada métrica para España, 81.61 dólares para mercancía procedente de India, y de 575.01 dólares por tonelada métrica para productos traídos desde USA. ¿Se pueden imaginar el daño que resultaría como consecuencia de que una cuota de este tipo no esté prevista en sus presupuestos?
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